De acuerdo con varios estudios, en mayor o menor grado todos
mentimos, pero hay unos mentirosos más inofensivos y otros muy peligrosos.
Estas son las principales categorías de mentirosos:
El frecuente - Dice tantas mentiras que no recuerda lo que
dijo ni le importa. Es descuidado y para salir del paso improvisa una mentira
con otra.
El suave - Planifica sus mentiras y las une a expresiones
verbales y no verbales que le dan veracidad a lo que dice. Todos le creen
durante un tiempo. Cuando es descubierto o ve que alguien ya no le cree, busca
a otros a quienes representarle el mismo drama de mentiras.
El compulsivo - Miente aunque la verdad sea más fácil de
decir y manejar. En su mayor expresión, está tan “enfermo” que miente sin
control, insiste en hacer creer lo que dice y, peor aún, él mismo se lo llega a
creer como si fuera verdad. Llega a niveles patológicos, habituales y crónicos.
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