Cómo reconocer a un manipulador
Todos queremos
satisfacer nuestras necesidades, porque en cierto modo, cada uno de nosotros
tenemos nuestras pequeñas aspiraciones, metas y carencias. Ahora bien, gran
parte de nosotros podemos autobastecernos. Es decir, alcanzamos esos propósitos
sin pasar sobre encima de nadie, sin vulnerar ni aún menos sin hacer daño.
Sin embargo, el
manipulador de manual prefiere como ya sabemos, el camino más corto. Para ello
utiliza tácticas indirectas, engañosas y altamente abusivas. Si nos preguntamos
ahora la razón por la cual no vemos venir estos comportamientos a tiempo si son
(en apariencia) tan dañinos, cabe aclarar un primer aspecto. La manipulación se
camufla de acciones bienintencionadas, se reviste de preocupaciones y emociones
profundas para ganarse nuestra confianza y desplegar después sus intenciones.
Es más, es muy
posible que en este mismo momento tengamos a nuestro lado a un manipulador,
alguien que nos intimida educadamente, alguien que busca sacar algo de nosotros
camuflado de mejor amigo, de excelente compañero de trabajo o incluso de
admirable pareja… Veamos por tanto de qué artimañas se sirve.
1. La técnica
del pie en la puerta
La técnica del
pie en la puerta es sin duda el recurso más común. Es ese que debemos aprender
a identificar lo antes posible. Se trata de lo siguiente: el manipulador nos
pide un favor, uno simple, casi insignificante y que no nos cuesta nada
satisfacer. Sin embargo, al poco aparece la demanda real, la solicitud tamaño
XXL que llega sin que la esperemos.
Ahora bien, en
caso de que nos neguemos o protestemos, el manipulador se pondrá a la defensiva
y empezará a echarnos en cara las más variadas quejas y reproches para
hundirnos emocionalmente.
2. Experto en
el arte de la mentira
Tiene una gran
capacidad para mentir, de hecho es un experto en ello. Lo más llamativo es que esta habilidad para
el engaño procede de forma directa de su incapacidad para empatizar con la
persona que tiene en frente.
No conecta con
las realidades ajenas, no es capaz de ponerse en otras pieles. Y si lo hace es
solo para conocer nuestros puntos débiles y usarlos a su favor. Es un gran
profesional en el arte de torcer la realidad a su antojo para llevarla justo al
sitio ideal donde su persona pueda quedar “mejor parada”.
3. La falsa
preocupación
Dentro de las
estrategias más clásicas de la manipulación emocional, está la falsa
preocupación. El manipulador no dudará en mostrarse atento, cortés y
delicadamente amable. Además de esos agasajos, es común que aplique esa
preocupación constante por nosotros, por saber cómo estamos, qué nos preocupa,
cómo nos hemos levantado o qué puede hacer por ayudarnos.
Debemos ir con
mucha precaución con estas dinámicas porque con ello consigue varias cosas. La
primera que conectemos emocionalmente con ellos. La segunda tener puntos a su
favor para luego reprocharnos lo poco que hacemos por su persona, cuando ellos
han hecho tanto por nosotros…
4. El halago,
el refuerzo positivo
Se trata de una
de las habilidades del manipulador más interesantes. Lo sabe hacer muy bien.
Siempre sabrá qué palabra dejar caer, qué frase utilizar o qué comentario hacer
sobre ti en público para hacerte sentir especial y ganarse tu confianza. No te
dejes llevar por aquellos que te halagan tan fácilmente o de forma constante.
Tras esos refuerzos positivos se camuflan intenciones ocultas.
5. El uso de la
culpa como estrategia más dañina
Con todo lo que
he hecho por ti ¿ahora me dices esto? Esta es sin duda una de las frases más
usadas por el manipulador de manual, ese que no duda en proyectar sobre
nosotros todo el peso del mundo, toda la responsabilidad y mala fe. Nos hará
creer que no tenemos corazón, que descuidamos a las personas que más queremos y
que actuamos con elevado egoísmo.
Hay que poner
filtros y no dejarnos avasallar. Es más, otra artimaña habitual es agenciarse
aliados imaginarios para crear mayor impacto emocional en nosotros: “pues debes
saber que mis compañeros de trabajo opinan también que eres una mala amiga, que
siempre vas a tu aire y no tienes en cuenta a nadie”.
6. La promesas
que no se cumplen
Esta es también
una de las armas preferidas del manipulador. Nos alimentarán de ilusiones, de
promesas, de amistades eternas, de un amor imperecedero, de proyectos
excepcionales. Alzarán frente a nosotros un auténtico castillo de naipes que se
desvanecerá cuando menos lo esperemos, justo cuando el manipulador deje a la
vista sus auténticas intenciones.
Pareja
prometiéndose
7.
Victimización
Problemas
personales súbitos y trágicos, dificultades económicas, preocupaciones
profundas que no pueden compararse con las nuestras… El manipulador hace uso de
recurso de la victimización con gran eficacia para tenernos bajo su control.
Ahora bien, no solo apela a nuestras emociones, sino que se hace servir de la
inmediatez y la urgencia: necesito esto y lo necesito ahora.
8. Las
emociones siempre a su servicio
Este es otro de
los recursos que utiliza un manipulador con experiencia, es ese donde poner a
su favor todo nuestro tejido emocional. La vida al lado de un manipulador es
como vivir en una montaña rusa: todo son subidas y bajadas, días de intensa
afectuosidad y momentos donde afila la frialdad más amenazante, esa donde
aparece la demanda, la necesidad que satisfacer y el objetivo que cumplir. En
caso de negarnos volcarán sobre nosotros los reproches, la culpa, el desprecio…
“Mira lo que
has hecho”, “yo nunca te trato tan mal”, “por qué no me has llamado?” son
frases que un manipulador utiliza para atemorizar a su víctima.
9. La sombra
donde se esconde el manipulador
El auténtico
manipulador no solo esconde información sobre su intimidad, sino que él mismo desaparece
y se agazapa en donde no hay luz para poder analizar mejor a la víctima. Hasta
es posible que utilice a otras personas para buscar datos de su próxima presa
(otro manipulado). No podemos olvidar que muchos de estos perfiles llevan años
ejerciendo estas dinámicas. Las han mejorado, son sofisticados y han aprendido
de su experiencia.
Recordemos que
no son persona honestas, ni transparentes ni responsables. No dudan en escampar
chismes o calumniar a alguien para obtener lo que desean. Enredan a la gente en
suposiciones, exageran hechos y colocan algunos “ingredientes” propios para
crear relatos ficticios de los que obtener algo a cambio.
Debemos prestar
atención a estas señales aquí descritas. En el momento en que aparezca más de
una y se repita con frecuencia debemos empezar a poner límites, distancias y
adecuados escudos para protegernos de esas acciones.
Mujer
abandonando a su pareja
Tarde o
temprano, si les dejamos el camino libre y no actuamos, caeremos en su red. Por
otro lado, si has descubierto a un manipulador en tu círculo íntimo (familia,
amigos, trabajo, estudio, barrio), protege a los demás de forma discreta pero
certera.
Asimismo, y en
lo que se refiere al propio manipulador siempre es recomendable hacerle ver que
sus actos tienen consecuencias. Es además muy aconsejable darle alternativas,
invitarle a hacer cambios e incluso a buscar ayuda profesional. En ocasiones
detrás de estos comportamientos hay trastornos que requieren de una atención
especial. No obstante, no siempre es fácil generar un cambio en positivo en
este tipo de personalidades. De ahí, que lo esencial sea sin duda salvaguardar
nuestra integridad emocional y psicológica.
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