sábado, 9 de marzo de 2019

Adulacion


Cómo adular "apropiadamente" y cuándo hacerlo


Definición de Adulación
Adulación, del latín adulatĭo, es la acción y efecto de adular (hacer o decir lo que se cree que agradará a otro). La adulación por lo general resulta interesada, con la intención de obtener algún tipo de beneficio o reconocimiento.
Es importante establecer, además de todo lo expuesto hasta el momento, que la adulación es una acción que existe desde muy antiguo.
Adulación
La adulación o lisonja es una alabanza baja e interesada, hecha con estudio de lo que se cree que puede halagar al otro, con propósito de ganarse su voluntad para fines interesados. La adulación es tan antigua como el mundo y ejemplo evidente de ella en tiempos modernos es la célebre frase de Luis XIV «L'État, c'est moi», fruto de las más desatinadas adulaciones de los cortesanos y de no pocos literatos de su época, hasta el extremo de que la Academia propuso un concurso para premiar al que desarrollara mejor la tesis «¿Cuál es la más admirable de las virtudes de Luis XIV?» que el rey tuvo el buen sentido de mandar retirar. La adulación así rodea a los monarcas como se utiliza por los demagogos para su medro personal. No debe confundirse la adulación con el aplauso al verdadero mérito ni con la galantería.
Para muchas personas, la palabra adular tiene una connotación negativa, pero los expertos en management, relaciones interpersonales y relaciones públicas, han encontrado que, si se hace bien, el ejercicio puede abrir muchas puertas.
A nadie le molestan los halagos, según encontró Jennifer Chatman, investigadora de la Universidad de Berckeley, en Estados Unidos, quien hizo experimentos para tratar de determinar el punto en que la adulación se volvía inefectiva y encontró que no existía, que la gente no se cansa de escuchar halagos.
Sin embargo, sí hay reglas que pueden ayudarte a hacer halagos que generen atracción y no incomoden. Estas reglas de Christine Akiteng está más orientadas a citas y flirteo, pero algunas pueden aplicarse en distintos ámbitos.
Reglas para principiantes:
Procura ser encantador (a)
·       Un tono divertido y juguetón hará que cada cosa que salga de tu boca suene tan dulce como el néctar.
Sé genuino
·       Hay una diferencia real entre los halagos excesivos y falsos, y aquellas frases naturales y bienintencionadas. Se trata de reconocer lo bueno y decirlo.

Comienza con lo visual
·       La parte visual es un buen lugar para comenzar porque obviamente mucha gente invierte mucho tiempo en su apariencia. Debes notar cuándo esa persona ha hecho un esfuerzo extra en mejorar su apariencia y reconocerlo. Aunque no sea la gran cosa, lo que importa es que tú lo reconozcas.

Vuélvelo personal
·       Hacer un halago sobre lo que alguien ha hecho es efectivo, pero halagar a la persona (el ser) es más efectivo. Por ejemplo, decir; “Eres un gran doctor o abogado” es bueno, pero decir “Me encanta tu sentido del humor/tu sonrisa”, le hará el día a esa persona.

Utiliza frases cortas
·       Largas divagaciones reducen el efecto del halago y además, podrías enredarte y decir cosas que contradijeran el efecto que querías lograr. Así que usa frases cortas. Una buena directriz es pensar antes en qué tipo de halagos te gustaría escuchar acerca de ti mismo.
Utiliza el elemento sorpresa
·       Decir: “Me encanta tu sonrisa” desde el momento en que conoces a alguien es una buena forma de comenzar la entrevista o la cita, pero decirlo a la mitad del encuentro, cuando menos lo espera, es dinamita.

Haz contacto visual
·       Asegúrate de que tus palabras vayan acompañadas de contacto visual directo. Muestra interés genuino.

Sin embargo, siempre mantén en mente que el halago siempre funciona mejor cuando el motivo para hacerlo es hacer sentir a la otra persona bien consigo misma.

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