Confucio y su importante legado a la
historia de la humanidad
El Confucionismo es el conjunto de
doctrinas morales y religiosas predicadas por el filósofo chino Confucio (551-479 a.C.). El nombre en chino de su
escuela podría ser traducido como Escuela de los Letrados. El confucianismo ha
ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. Fue la
religión oficial de China hasta el siglo VII.
Su pensamiento fue
introducido en Europa por el sacerdote jesuita Matteo Ricci (1552-1610), que
fue la primera persona en latinizar el nombre como “Confucio”. El canon de la
filosofía confuciana lo componen sus cuatro libros. Podemos entender su figura
como uno de los más grandes humanistas que han existido. Confucio fue llamado
el «Aristóteles chino» y como hizo en su momento Santo Tomás con el filósofo
griego, dada la importancia de sus ideas y conceptos, se procedió a la
cristianización de las ideas del sabio chino.
¿Quién fue Confucio
y qué importancia tienen sus enseñanzas?
Hablar de Confucio es referirnos a uno de los más grandes
maestros; fue un pensador, educador y político. Confucio (Kôngzî o K’ung-fu-tzu, que se traduce
literalmente por Maestro Kong) fue un filósofo chino nacido en 551 a.C. y una
de las figuras más influyentes de la historia china.
Procedente de una familia noble
arruinada, vivió en una época llena de caos y corrupción, ejerció tanto de
maestro como de funcionario. Vio la necesidad de que la sociedad se rigiera
bajo una moral de respeto, honestidad, educación, bondad y dándole mucha
importancia a las relaciones familiares. Las enseñanzas de Confucio han llegado
a nuestros días gracias a las Analectas, (Las Analectas recogen una
serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos así como las discusiones que
mantuvieron entre ellos).
El título original en chino, Lún Yǔ,
significa “discusiones sobre las palabras” [de Confucio]. Escritas durante el
periodo de primaveras y otoños, las Analectas son
el mayor trabajo del confucianismo. Siguen teniendo hoy en día influencia entre
los chinos y también en algunos países asiáticos, y contienen algunas de las
discusiones que mantuvo con sus discípulos.
La recopilación de
sus Conversaciones (Analectas) es un amplio abanico de consejos referidos a los
asuntos humanos. Basaba toda su filosofía moral en el ren (jen), que es la
virtud de la humanidad, y a su vez está basada en la benevolencia, la lealtad,
el respeto y la reciprocidad. Todos estos aspectos deben existir en toda
relación humana, desde el gobierno de las naciones y la dirección de empresas,
hasta el trato social, las relaciones entre amigos y de familia, y el
auto-conocimiento.
·
De soberano a súbdito: benevolencia, que
incluye espíritu público y piedad filial.
·
De padre a hijo: rectitud, que comprende valor,
fraternidad, integridad y pureza.
·
De hermano mayor a hermano menor: corrección, que
abarca respeto, solicitud, humildad y deferencia.
·
De esposo a esposa: conocimiento, que
incluye conocimiento de la naturaleza humana, de la Naturaleza en sí y del
destino.
·
De amigo a amigo: buena fe, que comprende verdad,
sencillez, sinceridad y honestidad.
Confucio es una de
las grandes figuras de la historia del pensamiento humano, un pionero de la
pedagogía, crítico social e investigador de la política
A los 50 años,
Confucio empezaría sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a otro instruyendo a
los contados discípulos que se reunían en torno a él.
Su fama como hombre
de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres
tradicionales, pronto se propagó por el principado de Lu, y luego a toda China.
Confucio es una de
las grandes figuras de la historia del pensamiento humano, un pionero de la
pedagogía, crítico social e investigador de la política. Se consagró al estudio
de las antiguas tradiciones y de los ritos y tratados religiosos contenidos en
los Cánones o King, y se propuso recuperar las antiguas normas de buenas
costumbres morales, sociales y de convivencia.
Confucio y su
doctrina
Confucio atisbó un
orden social conducido por sensibilidades razonables, humanas y justas, no por
las acciones arbitrarias de gobernantes entronizados de forma hereditaria, y
advirtió las consecuencias sociales si los hombres que ostentan el poder obran
sólo en beneficio propio, pasando por encima de la piedad y de la justicia.
Creía en la
regeneración de las consciencias pública y privada mediante la educación y la
influencia de ideales culturales unificados. La educación en su conjunto
constituía el valor general del individuo y de los grupos en los cuales éste se
integra de forma activa: la familia, la comunidad y la nación.
Su objetivo era la
restauración de un gobierno justo y la revivificación de la sociedad a través
del cultivo de las virtudes de la persona.
Pensaba el maestro
que la eficacia de un planteamiento como el que él proponía residía en el
ejemplo personal; por ello, la clase gobernante debía cultivar las virtudes de
la persona ejemplar. Para ello, elaboró las herramientas necesarias para que el
desarrollo humano fuera más asequible mediante la transmisión de la historia y
de la cultura a todos los individuos, incluso a los más desheredados, y no sólo
a aquellos que tuvieran acceso a las mismas por su pertenencia a una clase
social privilegiada.
Las máximas
virtudes del ser humano según Confucio
La esencia de sus
enseñanzas se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del
Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la
tradición, el estudio y la meditación. Las máximas virtudes son:
·
La tolerancia
·
La bondad
·
La benevolencia
·
Amor y respeto a la naturaleza
·
Amor y respeto a los padres (y antepasados)
·
Respeto a los mayores
·
Respeto al orden político
·
Respeto al orden social
·
Respeto al orden religioso
·
Respeto por la Armonía
Si el príncipe es
virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. Gobernante/súbdito, marido/mujer;
padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas
relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a
los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.
El Confucianismo y
sus fundamentos
Confucio afirmaba
que las tres virtudes fundamentales del hombre noble son:
·
La bondad: que produce alegría y paz
interior.
·
La ciencia: que disipa todas las dudas.
·
La valentía: que ahuyenta todo temor.
Un “pecado original”
es inconcebible para Confucio, para quien el hombre se encuentra inmerso en un
orden meramente natural.
La “verdad” es el
camino del cielo, y el principal deber del hombre consiste en meditar sobre
ella y descubrirla en todo su contenido y significado.
Existe un solo
medio para ser sinceros y veraces en todo: alcanzar la virtud, porque sin
virtud no existe veracidad ni sinceridad verdadera.
La virtud en el ser
humano es natural y fruto de la propia y precisa voluntad de ser virtuoso. Esto
puede conseguirse por medio de la corrección en el trato fraterno, entre otras
actitudes y cualidades que son congénitas al ser humano.
El confucianismo
afirma que no basta con cumplir con los deberes personales y familiares, porque
cuando alguien puede ser útil en el desempeño de un cargo público, falta a su
deber si se aleja de la política.
Podemos resumir la doctrina confuciana
en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo
hombre de gobierno:
·
Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios
para la vida cotidiana.
·
Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a
Aquel que es el Primer Dominador.
·
Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.
·
En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero
superior del “Justo Medio”.
·
Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas
proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son
muy sutiles y fáciles de perder.
·
Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más
abajo).
Curiosamente, tras
la revolución comunista en China, las tradiciones confucianas han tenido una
clara continuación en la sociedad y en el gobierno del país vecino, Corea.
Confucio y su sabiduría
Aquí algunas de sus “perlas”, que legó
para la posteridad:
·
“Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un
hombre malo, reflexiona”
·
“Lo escuché y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”
·
“Leer sin meditar es una ocupación inútil”
·
“El hombre superior gusta de ser lento en palabras, pero rápido en
obras”
·
“El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras
y las obras”
·
“El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es
orgulloso pero no es digno”
·
“Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una
montaña”
·
“Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo, los pájaros no
hablan”
·
“Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada
vez que caigamos”
·
“Los que respetan a los padres no se atreven a odiar a los demás”
·
“Las atenciones a los padres son en vida porque después sólo queda el
culto”
·
“Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable”
·
“Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas
cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano
complaciente”
·
“Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás
disgustos”
·
“Estudia el pasado para pronosticar el futuro”
·
“Lo prudente no quita lo valiente”
·
“El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo
busca en los demás”
·
“No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti
lo que no le harías a los demás”
·
“El campo es la fuente de toda la riqueza humana”
·
“No te rindas nunca si quieres volver a casa”
·
“Ser como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta”
·
“Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo”
Posterior a la
muerte de Confucio
Escritores como
Sima Tan, Sima Quian y Liu Xiang seleccionaron elementos filosóficos de las
enseñanzas de Confucio y del estudio de estos textos surgieron varias escuelas
de pensamiento, como señala el confucionismo.
En el año 480 a.C.,
el año después de su muerte, se erigió un templo en honor a Confucio, el
soberano del Estado de Lu convirtió su casa de tres habitaciones en un templo
para la veneración del sabio. El templo fue renovado en muchas ocasiones hasta
adquirir el tamaño actual como un complejo de edificios antiguos.
Templo de Confucio.
En el año 195 a.C.
tiene lugar el proceso de canonización, cuando el emperador fundador de la
Dinastía Han (Han Gaozu, reinado 206-195 ac) ofreció un Gran Sacrificio al
espíritu de Confucio en su tumba en Qufu. El emperador Han expulsó de la corte
a todos los estudiosos de enseñanzas no confucianas, estableciendo así al
Confucianismo como culto único de la corte imperial.
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